Sus libros o citas en otros. (Foto: H. Lima Quintana; O. Bayer y Q. Llopis).

Decidí que, de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía. Rodolfo Walsh

Leña: La historia 'Negra' de Berazategui (1995)

El primer libro. Resume los aspectos más destacables del aparato de corrupción en Berazategui a manos de su administrador, el intendente y ministro Juan J. Mussi, alias "El Negrito" (de ahí, la historia 'negra').

Cada tapa ilustró un capítulo.
Obra Registrada ante la Dirección Nacional del Derecho de Autor con el Nº 5151491.
ISBN 978-987-45150-2-5

Del Capítulo 1 - MAFIA
 Francisco Acosta, quien aún vive, era la cabeza de la patota mussista desde el Corralón municipal.

Rito Villafañe, ex pesado de la dictadura; chofer de Infanzón y patotero de Mussi. Lo denuncié en 1995. Luego de eso, le dio un pico de presión.

 
 




Del Capítulo 2 - MIENTEN

Introducción: Mentiras

En ellas se basa la permanencia de este gobierno. La única manera de ocultar las patoteadas a los opositores y los robos sin descaro, es mintiendo a la población. Para ello han preparado un plan. 
Cuidar que no se filtre nada en la prensa, es una parte. Este capítulo cuenta cómo. Si se tiene limitado al cuarto poder, nadie se enterará de lo que pasa con los otros dos poderes.
El segundo poder, el legislativo, es el Honorable Concejo Deliberante (HCD). Aunque algunos ediles hacen pensar en la posibilidad de quitar la ‘H’ a sus iniciales.
Al Deliberante lo controlan porque quien llega a intendente mete el mayor número de concejales. Pero además, la lista la arma él. En Berazategui, nadie discute los designios del ahora ministro.
Sea por obedientes, o para premiar a sectores que aportan votos, el ‘negrito’ hace y deshace sin rendir cuentas a la militancia, que se calla a cambio de alguna dádiva miserable que aceptará como lo máximo a que pueda aspirar.
El poder judicial no jode. La única dependencia con asiento en esta ciudad es el juzgado de paz, que nada tiene que hacer contra el poder. Los juzgados criminales con asiento en Quilmes, están constituidos por jueces elegidos en el Senado de la Provincia con mayoría duhaldista.
Eso condiciona a los jueces a abrir causas contra funcionarios; y las abiertas, deben frenarlas. Magistrados imparciales y con valor para hacer justicia, los simboliza Ariel González Eliçabe con Aníbal Fernández.
La existencia de otros dignos, se comprobará luego de que estas páginas lleguen a sus manos. Hasta ahora, las causas contra Mussi y compañía, han sido ‘cajoneadas’. Así es que, ante los frenos impuestos a estos poderes, la única solución que queda es contar la verdadera historia para que decida la gente qué hacer. Es decir, el poder soberano: el pueblo.
EL CARPINTERO


Del Capítulo 3 - ROBAN

El presidente del bloque andaba en un auto robado

Alberto Quarchioni, presidente del bloque PJ en los años '80, estuvo implicado en una causa por robo automotor. Sigue en funciones muy cerca del dispositivo mussista.

El 14 de mayo de 1988, en Calchaquí y Florencio Varela, la Policía paró a un Peugeot 505 cuya matrícula no coincidía con el modelo.
Lo manejaba un italiano de 40 años, Casimiro Yarosz, que vivía en 104 Nº 316 de Berazategui. La documentación del auto era falsa.
La matrícula era la misma que tenía Quarchioni en su 505 con el que figuraba en las planillas del HCD.
Al otro día, libraron orden de allanamiento contra la casa de 104 Nº 316. Buscaban sellos y las chapas originales del 505 (C1 130433). Pero a las 9:35 se fueron sin hallar nada. 
También allanaron la casa de Quarchioni en 154 entre 56 y 56A, de Hudson. Pero el día 16, por teléfono el juez avisó a la policía que no había que detenerlo.
El juez era Juan Angel de Oliveira en lo Criminal Nº 10; en la Secretaría Nº 3, actuaba Braulio Alberto Fonseca. Por la Policía, estaba a cargo de la Dirección de Camineros el subcomisario Hugo Santiago Bardone, de la zona XIV, y el inspector Rogelio Rodrigo.

LA OPERACION
“Cacho” Yarosz declaró el día 17. Ante el fiscal Agustín Sequeiros, contó cómo fue la operación.
Beto fue a casa de él y su señora, como habían quedado días antes, y les dejó el Peugeot a cambio del Fiat 147 (Spacio CL/85 patente 1 920265) de la mujer y una suma en efectivo. 
Eran 20 mil pesos, más 3 mil dólares, más 1100 australes (A), por los que Quarchioni firmó recibo pero “sin poner los dólares porque dijo que no se podía”.
Beto se fue de esa casa en el 147 con todos los papeles. 
(El resto de la declaración de Yarosz, en la publicación original)

LA VERSION DE ‘BETO’
El 31 de mayo debió declarar el concejal con su abogado Fernando Ramón Klappenbach. Según él...
... compró el auto de buena fe a un hombre al que le fue mal en un negocio en Misiones. Citó como testigos a Antonio López y Juan Lopumo.
El hombre, de apellido Allen, tenía el 505 y necesitaba plata, por lo que se lo dejó a sólo A50 mil. 
Para juntar esa plata vendió su Torino a Francisco González en A6000, pidió a su tía Vicenta Díaz, otros A10.000, y su amigo Celso Coronel le prestó A13.000. Beto tenía A20.000 guardados para una construcción.
El 28 de febrero dio los A49.000 a Allen y éste le mostró la cédula verde, el título y la última patente, también su L.E. 4.672.694. Su nombre sería Walterio Donald, domiciliado en Perú 440, 7º A, de la Capital Federal.
Allen dijo que no pudo encontrar la declaración jurada y las otras patentes pagas. Se las traería al día siguiente cuando Beto tuviera los A1.000 que faltaban. Allí cerraron la operación y al parecer, Allen nunca regresó.
A los días, Yarosz ofreció comprarle el auto, pero como Beto debía viajar a Santa Fe, prefirió pasear en el 505 y luego sí, vendérselo.
Respecto de la documentación secuestrada de su casa por la Policía, dijo que eran de clientes de la época en que trabajaba como productor de una gestoría de la señorita Tais Mojica, domiciliada en 458 y 414 de la localidad de J. M. Gutiérrez.

LA PROTECCION JUDICIAL
Oliveira quería declararse incompetente. Diario El Sol le había preguntado si alguien más que concejales lo visitaron por el tema y dijo: “me reservo esa respuesta” (23-6-88, 2ª sección).
Tras pedirle frenar la causa, la cajoneó y dijo que la pasó a la Justicia federal, pero no se la halló en ninguno de los cuatro tribunales que allí están.
Para mentir, debió fraguar el libro de pases del Juzgado. El fiscal Sequeiros había avisado, “si hay funcionarios metidos, es un tema político. Cuiden que no se roben la causa”. (¡!)

¿QUE PASO CON EL 505?
El auto había sido robado el 25 de febrero en Corvalán 163 de Capital Federal. Intervino la Comisaría 42ª y lo cubrió Omega Cooperativa de Seguros Limitada, por la póliza 610774, cuyo monto de A30.160 fue abonado el 22 de abril.
Por eso, el denunciante Carlos Antonio Oggero, ya no quiso saber del coche y dejó que Omega (Corrientes 1170, CF) hiciese con el mismo lo que dispusiese.
La causa por la denuncia del robo está en los archivos del Juzgado Criminal 11, del juez de Instrucción Rodolfo Ricotta Dembis; Secretaría 133 a cargo de Marcela García.
Con estos datos, el juez Oliveira declaró su incompetencia el 6 de julio. Remitió luego la causa al Archivo Penal para enviar fotocopias a ese magistrado.